A finales del siglo XIX comenzó un sostenido desarrollo de las Ciencias Naturales en Argentina, sobre todo con el fin de conocer la historia natural de este nuevo país. Desde la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba se contrataron científicos naturalistas que recorrieron el terreno y estudiaron sistemáticamente plantas, animales, minerales, relieves y restos de antiguas poblaciones. Junto a otras disciplinas, comienza así a conformarse la Arqueología como un campo de estudio que se interesaba en conocer el pasado indígena de la flamante nación.
En sus inicios las investigaciones arqueológicas se orientaban a excavar y obtener importantes cantidades de piezas, la mayoría de ellas procedentes de antiguos cementerios indígenas. Estos conjuntos de objetos pasaron a integrar las colecciones de los museos y permitieron a los arqueólogos estudiarlos y proponer interpretaciones acerca de cómo había sido el desarrollo cultural en la América precolombina.