
Centro Cultural La Caroyense
Av San Martin 2281 (Colonia Caroya)
El Centro Cultual la Caroyense está situado en el histórico e imponente edificio de Bodega la Caroyense, fundado en el año 1930, que constituyó un emblema de la organización Federal cooperativa para la producción vitivinícola a nivel nacional.
Desde 2016, el Centro Cultural es un espacio con más de 249 m2 expositivos donde se realizaron más de 25 exposiciones.
Conformamos un equipo que trabaja con la firme convicción de visibilizar, promover y difundir la obra de artistas de Córdoba y el país. Convencidos de la importancia que reviste promover la educación a través del arte, se realizan visitas guiadas, talleres, conversatorios, elaboración de proyectos específicos con otras instituciones. El principal objetivo de este accionar consiste en facilitar el diálogo con la comunidad y abrir el espacio para la participación.
Cabe destacar que es un centro que recibe proyectos de diversos artistas, trabajando en conjunto para que los mismos sean pensados y ejecutados para ser albergados en estas salas.
Han transitado por las salas artistas de distintas partes del país como Bs As, La Rioja, Catamarca, Salta, Tucumán, Santa Fe, etc. Ha realizado trabajos colaborativos con otras instituciones tanto públicas como privadas.
Cabe destacar que el centro cultural está abierto todos los días del año con entrada y visita guiada libre y gratuita.
Sala 1 Exposición de arte de Artista JUAN CANAVESI “Estudios Sobre el Vértigo”
En la serie Estudios sobre el Vértigo, Juan Canavesi interpela tres cánones persistentes del arte contemporáneo. Por un lado, dos negaciones recurrentes: el abandono de la belleza como criterio para la creación y valoración de una obra de arte y la resistencia a la distinción entre arte y no-arte. Por el otro, el supuesto normativo de que el arte, para ser actual, debe ser crítico y que para serlo debe apelar a la denuncia, la distopía, la catarsis, el desconcierto o el enfado.
En esta obra, el artista hace uso de recursos plásticos que remiten al arte renacentista, entre otros, la apelación al boceto que se focaliza en una idea central y renuncia al detalle, la utilización de la sanguina y la evocación del arte clásico.
Sin embargo, con actitud contemporánea, aborda el vértigo como metáfora, utilizando una composición distanciada de la manera renacentista: abandona la perspectiva, el volumen y la profundidad; elude la armonía y el sentido de la proporción; ubica las imágenes en un no-espacio y enfatiza los ejes oblicuos. Aun así, sin complacencia, adopta una actitud estética e invita a la reflexión crítica, para dejar la tarea de interpretación al observador que se avenga a ello.
En ese contexto, una y otra vez, la presencia de un objeto simple, la plomada, impone otros significados. Podemos imaginar que esa herramienta elemental y milenaria, esa certeza de verticalidad, fue concebida cuando nuestros antepasados remotos, al erguirse sobre sus pies, liberaron sus manos para crear y construir.
Su vértice metálico apunta a un centro invisible pero cierto, cuya fuerza de atracción nos mantiene erguidos y arraigados. Su rudimentaria simpleza, casi arcaica, nos recuerda las fuerzas no menos invisibles sobre las que estamos plantados. Cierto determinismo que tenemos como especie, cierta fatalidad, la de ser seres situados y centrados.
Diseñada para evitar el colapso, la plomada señala la verticalidad, tensando el cordel flexible que sostiene su peso. En su armoniosa fragilidad, abre la esperanza y nos advierte que el equilibrio -siempre en riesgo- es, sin embargo, posible.
Sala 2 Exposición de GONZALO CASCÓN “Capsularios”
Capsularios, de Gonzalo Cascón, desde la cerámica sintetiza el ciclo de la vida. Naturaleza y cultura esbozadas sutilmente como primeras pinceladas de una lectura en capas. Especulo que Cascón, no solo trabaja desde el fragmento, aunque podríamos hacer referencias en este sentido, lo hace también desde el archivo y con esto nos ofrece la posibilidad de hacer asociaciones con la ciencia. Esta búsqueda se trasluce en sus producciones clasificadas, ordenadas y rítmicas pero aleatorias al mismo tiempo, caóticas también. El pensamiento científico, tan ligado a la infancia, donde probar y comprobar es parte del juego, aquí se manifiesta. Cascón manipula la arcilla y la cerámica hacia otros terrenos de interés, nos acerca a la antropología, hace un guiño entre lo crudo y lo cocido, atraído por los recuerdos, los deshechos y los restos, podemos mencionar la arqueología también. Establece nuevas relaciones con y desde el material (arcilla). Los Capsularios, como trajes hechos a medida, sirven para clasificar conocimiento, historias, vivencias, son los cajones de un viejo armario que reserva memoria del pasado, puesto que es conocimiento clasificado. Para Cascón, los Capsularios, son órganos de la vida secreta pues sin ellos nuestra vida íntima no tendría modelo de intimidad.
Sala 3-4 Exposición que albergará a 20 artistas que forman parte de las clínicas de arte a cargo de Eduardo Medici y Marta Rivero cobijando, además de artistas cordobeses, artistas de distintas provincias de nuestro país y de Colombia.
Muestra “Delirar (lo) cura”.
El arte parece estar íntimamente relacionado con la locura, son dos senderos comunes donde el acto creativo irrumpe y nos convoca a abandonar cualquier tipo de certezas.
A través de la historia del arte varios han transitado en sus propios procesos creativos los lindes de la locura, incluso hasta quedar atrapados dentro de la misma. Es sabido que los artistas coqueteamos con ella, nos asomamos e incluso apoyamos nuestros pies dentro de su territorio, pues nada sucede sin eso, pero lo hacemos con el deseo de poder salir y entrar tantas veces queramos.
Una larga lista de nombres reúne muchos de ellos que no regresaron de ese territorio, potente por cierto, generador y terco a la vez, desierto de intercambio con un otro, sin más posibilidad que derramar su impronta a la sociedad desde allí. Entre ellos podemos citar a Artaud, Piaf, Nietzsche, Van Gogh, Schuman, Goya y tantos otros. Acercarnos a esas pesadillas, a esas voces, internarnos en los delirios propios y de otros, e incluso enamorase también, como una manera de enloquecer, forma parte de perder la razón. Todas estas cuestiones nos acompañaron en este proceso de producción en torno a la locura, pues desde esos sitios es desde donde el inconsciente alumbra un porvenir, despierta nuevas percepciones y genera un movimiento hacia un más allá.
“No hay nadie que jamás haya escrito o pintado, esculpido y modelado, construido o inventado, a no ser para salir del infierno”. -Antonin Artaud
Programación
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